Un ticket de tren y la maleta preparada. Es todo lo que necesita para viajar a París, la Ciudad de la Luz, la ciudad del amor, la ciudad de la moda... ¡Hay tanto por descubrir en París! Sin lugar a dudas, se trata de uno de esos destinos que apuntar en la lista de cosas que hacer al menos una vez en la vida: visitar París. Y si es en tren, mucho mejor. Adentrarse en su área metropolitana a través de las vías le proporcionará un paisaje único, contemplando sus barrios, sus calles, sus históricos edificios, sus gentes en el trajín diario... Una vez que llegue al destino, hay dos puntos de interés que no pueden faltar en su itinerario: la Torre Eiffel y la Catedral de Notre Dame. La primera fue construida con motivo de la Exposición Universal de 1889 y tiene una altura de 300 metros. Es imprescindible subir a lo más alto para contemplar las vistas impresionantes de la ciudad. La segunda, un lugar rodeado de misticismo y una construcción de estilo gótico que hará las delicias de los amantes de la arquitectura sacro.